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Mucho tiempo antes de la pandemia la cantidad de información en la que se hablaba del futuro era excesiva: el futuro de la tecnología, las ciudades, los inventos, la salud y por supuesto la educación. Varias de las predicciones de hace unos meses se hicieron realidad con la llegada de la pandemia, evidentemente no estábamos preparados para vivir algo así, pero como nuestra propia naturaleza lo marca, estamos hechos para adaptarnos y eso mismo sucederá con la forma en la que hacemos las cosas, es por ellos que el término “nueva normalidad” es  tan relevante, sobre todo en espera de saber lo que nos depara. 

La educación es un tema transversal al hablar de una nueva normalidad. Cuando estos cambios nos obligaron a permanecer en casa la realidad de la educación en México se vio obligada a reinventarse, algo que se había postergado, seguramente las exigencias para realizar estos cambios habrían sido diferentes si esta metamorfosis hubiese sucedido en el pasado, pero no fue así, ya sea en el sector privado o en el público las escuelas tuvieron que buscar formas para hacer frente a esta realidad, que hasta la fecha sigue incierta. 

Hay diferentes opiniones y puntos de vista, dado que la situación en diferentes ámbitos de negocio en todo nuestro país se torna complicada. En el caso de las escuelas privadas, aún más. Se han preguntado ¿Cuál es el último giro de negocios que abrirá? muy seguramente será la educación. Eduardo Navarrete quien es periodista escribió para la Revista Forbes: 

“Civilizar y transformar el desarrollo y la experiencia integral humana: ese es el objetivo de la educación en un país y debería ser entendido con el mismo ahínco, que esto no se circunscribe solo a la escuela. ¿Qué otro rubro podría ser más relevante que la educación para hacer una inversión que garantice la transformación del país?

Orientación vocacional, planes de estudio, la relevancia de la lectura, metodología de investigación, los castigos y estímulos, el rol del entorno familiar, la motivación de un pensamiento crítico y creativo, el sistema de evaluación, un marco cívico y humano en balance con la capacitación práctica y funcional. Todo esto tiene que adecuarse pedagógicamente a la realidad que estamos develando. De otra manera lo que llamamos “Sistema Educativo”, seguirá su curso como pantalla política y se mantendrá como una de las grandes deudas sociales de gobiernos de toda filiación. Claro, que, en dicho escenario, habrá pocos críticos y de seguro el tema pasará inadvertido.”

Por otro lado Lorenzo Gómez Morín, quien es miembro del Consejo Asesor de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, Ciencia y Cultura (OEI), expresó:

“El sistema tradicional, aunque bueno en su momento, en la actualidad resulta contraproducente, pues se considera que la información contenida en los libros de textos es la única fuente disponible para las nuevas generaciones, cuando la realidad refleja que las tecnologías emergentes complementan mucho esta información y pueden ser la clave para romper viejos paradigmas y que el sistema educativo progrese.”

Esto nos abre el panorama para decidir qué acciones se deben tomar en las instituciones educativas en México. En el caso de las privadas se debe identificar la forma de dotar a sus alumnos de estos cambios tanto en la tecnología , como en la forma de enseñar. 

Será importante modernizar la estructura educativa y hacerla atractiva a la población estudiantil, en un contexto en el que la tecnología no dejará industria ni categoría sin permear, que apuntan al reemplazo de funciones y roles. La educación no es excepción: hay profesores que temen ser sustituidos por YouTube y alumnos que piensan que la inteligencia artificial o Tik Tok podrían hacer a un lado a sus maestros.

Aunque la investigación educativa ha dado pruebas de que el logro académico de los estudiantes está estrechamente relacionado con la calidad de la docencia. Un buen maestro ha demostrado tener competencia en el conocimiento de la materia, o las materias que imparte y didáctica que emplea. El profesor es la figura clave que determina qué tan bien aprenderán los niños; el vínculo entre maestros y padres de familia es de la mayor importancia para el aprendizaje de los niños. 

Entre muchas otras cosas, esta pandemia confirmó la fragilidad de nuestro sistema educativo, de las carencias pero también de lo que bien se puede hacer. Nuestro papel como institución educativa será proporcionar a los alumnos herramientas que los hagan acercarse lo más posible a la realidad, dotarlos de herramientas que a su vez les permitan desarrollarse en el área académica y social. 

Entonces: ¿Qué pasará con la educación? Todo va a depender de lo que estemos dispuestos a hacer hoy. Las clases en línea y el acceso a nuevas tecnologías que apoyan el desarrollo de los alumnos tal vez llegaron para quedarse, habrá nuevas formas de enseñar, de relacionarse y de educar, pero sin duda también existirán rezagos, que de no apostar por las nuevas tecnologías la brecha digital se hará cada vez más grande. De algo estamos seguros y es que nada será como antes, si bien es cierto que seremos capaces de adaptarnos, necesitaremos ser creativos y generadores de nuevas ideas para poder afrontar y enfrentar los retos que se nos  ponen en la mira. 

La educación no será la misma, estamos en la búsqueda que nos permita atender las nuevas necesidades y tú ¿Qué tendrás que hacer para adaptarte?

Referencias.

López, Luis Xavier.(11 de septiembre de 2020) El futuro de la educación entre dos tiempos. Milenio.https://www.milenio.com/cultura/laberinto/el-futuro-de-la-educacion-en-mexico 

Navarrete, Eduardo.(07 de septiembre de 2020) Tendencias que definirán el futuro de la educación. Forbes México. https://www.forbes.com.mx/tendencias-que-definiran-el-futuro-de-la-educacion/

Mundo ITAM (31 de mayo de 2019) El futuro de la educación en México. ITAM. https://mundoitam.com/2019/05/31/el-futuro-de-la-educacion-en-mexico/

Muñoz, Humberto y Rodríguez, Roberto.(2019) La educación y el futuro de México. UNAM. http://www.planeducativonacional.unam.mx/PDF/CAP_02.pdf